Líderes de diferentes cultos destacaron que los registros civiles de la Ciudad de Buenos Aires reconozcan a los nonatos

La medida se hizo oficial este martes y permitirá que los progenitores que hayan sufrido un fallecimiento fetal durante los últimos dos años podrán también solicitar que se agregue la denominación a la partida de defunción

Política - 24 Dic, 2024 AR

En un acto que marca un hito en el reconocimiento de derechos y la dignidad humana, el Registro Civil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha dispuesto desde el Lunes 23 de Diciembre que, ante un fallecimiento fetal, las familias podrán inscribir el nombre del nonato. Esta medida, pionera en el país, busca dar respuesta al reclamo de quienes atraviesan la dolorosa pérdida de un embarazo y desean honrar la memoria de su hijo o hija con un acto tan significativo como registrar el nombre que le habían asignado y por el cual durante la gestación así lo llamaban o lo llamarían una vez nacido.

La disposición fue impulsada por las autoridades del Registro Civil Central a través del Dr. Pablo Ezequiel Feito, Director General del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas GCBA, en colaboración con la Democracia Cristiana, liderada por su presidenta Dra. Alejandra Muchart más los diversos cultos.

El anuncio se dio en una reunión histórica que contó con la participación de destacados referentes religiosos y sociales más organizaciones de la sociedad civil. Entre ellos, el Rabino Dr. Fishel Szlajen, bioeticista internacionalmente reconocido y referente del judaísmo; líderes de la comunidad musulmana y evangélica más el padre Carlos Peteira, por la Iglesia Católica. Este encuentro interreligioso y plural, con la presencia de la Directora general de Cultos de CABA, Pilar Bosca, destacó la sensibilidad de la medida y su capacidad de unir diversas tradiciones en un marco de respeto y ampliación de derechos.

El reconocimiento de los nonatos encuentra sustento en el Código Civil y Comercial de la Nación, que en su artículo 19 establece que "la existencia de la persona humana comienza con la concepción". Si bien este principio legal no establece derechos patrimoniales ni deberes específicos en casos de fallecimiento fetal, la medida del Registro Civil amplía su interpretación, otorgando a las familias la posibilidad de inscribir sólo el nombre del nonato como un acto simbólico y administrativo que reconoce la dignidad de esa vida perdida.

El Dr. Feito destacó que “esta disposición es congruente con el marco normativo vigente y también avanza en su espíritu garantizando que el Estado acompañe a las familias en uno de los momentos más dolorosos de sus vidas".

Durante años, los fetos fallecidos eran inscriptos como "NN", una práctica que muchas familias consideraban despersonalizante. Este cambio permitirá a los progenitores registrar el nombre de pila pensado para su hijo o hija, un acto registral que trasciende lo administrativo y se convierte en un elemento fundamental del proceso de duelo.

Alejandra Muchart, respaldada por su investigación en derecho comparado en estas cuestiones subrayó que, “nombrar es dar identidad, y la identidad es el principio de toda memoria. Con esta medida, se respeta la diversidad de creencias y se atiende una demanda largamente postergada".

Desde una perspectiva bioética y religiosa, el Rabino Dr. Szlajen expresó que “este gran paso refleja el valor intrínseco de toda vida humana, sin importar su duración, y refuerza los principios de dignidad y memoria tan importantes para las familias". El clérigo y académico refirió también que “esta nueva disposición, al no ser obligatoria, respeta a quienes prefieran mantener el sistema de NN, pero otorga el derecho y la libertad, religiosa y civil, a quienes opten por inscribir el nombre del nonato, representando así un alivio emocional significativo y una forma de preservar su memoria en un registro oficial.”

La disposición también fue celebrada por representantes de la comunidad musulmana, evangélica y católica, quienes coincidieron en que este acto permite a las familias honrar a sus seres queridos según sus convicciones y valores. Carlos Traboulsi, Director General de Defensa y Protección al Consumidor, presente en la reunión, señaló que “esta política pública es una demostración de cómo el Estado puede actuar con humanidad frente a los momentos más vulnerables de la vida, acompañando el duelo y respetando las diferencias religiosas y culturales en una democracia pluralista". 

La disposición del Registro Civil de la Ciudad de Buenos Aires no solo responde a un reclamo largamente postergado, sino que también se erige como un ejemplo de cómo el Estado debe servir a sus ciudadanos.

Con este cambio, Buenos Aires se posiciona como pionera en la región, demostrando que, incluso en el dolor, se pueden abrir caminos hacia la dignidad y la memoria compartida, en línea con los principios del Código Civil y Comercial de la Nación.

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