"Bioética, Religión y Estado: notas para la pospandemia", una interpelación a la realidad.

    En dos volúmenes, el rabino doctor Fishel Szlajen aborda diferentes temas del tiempo que vivimos: desde el covid hasta la realidad política, desde un particular punto reflexivo y filosófico

    La obra en dos volúmenes del rabino doctor Fishel Szlajen reúne un conjunto de escritos que abordan temas de ética política, derecho, justicia social, Estado y democracia, covid-19, cuarentena y triage, inteligencia artificial y transhumanismo, eutanasia, aborto, clonación y drogas de uso recreativo, familia e ideología de género, entre otros. Todos ellos resultado de las reflexiones que Szlajen realizó sobre temas centrales del debate público, tanto de nuestro país como del mundo contemporáneo, y puso el foco en fenómenos sumamente complejos y delicados de nuestra época y cuyo abordaje resulta relevante para vislumbrar cómo serán nuestras vidas en los próximos años.

    A decir del prologuista de la obra, el doctor Guillermo Jensen, las reflexiones contenidas en esta obra permiten al lector apreciar algunas cualidades del autor, cada vez más escasas en el ámbito del pensamiento y la cultura, tales como la sistematicidad, erudición y articulación interdisciplinaria de conocimientos que conforman la dimensión de Szlajen como uno de los intelectuales públicos más respetados de nuestro país. Allí, la dimensión judía del pensamiento de Szlajen para abordar los más importantes problemas sociales y políticos de nuestro tiempo es fortalecida con su amplio conocimiento filosófico convencido de la necesidad de participar en el debate público para la necesaria reflexión, profunda y conjunta, sobre el presente y el futuro de nuestras sociedades.

   Lo novedoso aquí es que, sin ningún sentido proselitista ni filiatorio, sino en favor de desarrollar un campo de acción y pensamiento diferente al actual, Szlajen aporta consideraciones, juicios y nociones diferentes que, sin la necesidad de adscribir al judaísmo, permiten mejorar la calidad de la discusión y a su vez construir una sociedad más justa y por ende más libre.

   A decir del autor, “en un contexto donde las disputas ya no son sobre contenidos concretos sino por la posibilidad práctica comunicativa y la captación de voluntades, es precisamente allí donde el discurso religioso puede quebrar el actual albedrío esclavo del ciudadano, donde si bien no carecemos de elección, dicha capacidad está severamente afectada por estar al servicio de la vanidad. Este discurso religioso contribuye también a que la tecnología no esté al servicio de las pasiones desiderativas, asumiendo una función ideológica y encubriendo las disfunciones sociales autopostulando una libertad como exigencia fanática negando toda mutualidad entre humanos. Evita, en este sentido, eludir el valor o la autoridad de la tradición, de la consciencia, restringiendo todo intento de perpetuación de una ideología como sistema y manipulación de la vida cultural.”

   Ante la pregunta sobre cuál es la función intelectual del discurso religioso actual, Szlajen respondió a Infobae que “la tarea consiste en una crítica a la cultura consistente en reconocer qué tipo de vanidad e idolatría caracteriza a la empresa humana en el presente, tal como oportunamente fue la desacralización y desencantamiento de la naturaleza, de los ídolos, los faraones y las monarquías absolutistas divinizadas”.

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